DECLARACIÓN PATRIÓTICA
Los trabajadores y el pueblo peruano movilizados a lo largo y ancho del país, levantamos en alto nuestra bandera nacional, símbolo de dignidad, heroísmo y soberanía.
Somos defensores consecuentes de la patria, de su integridad territorial, de sus recursos diversos, de su cultura milenaria. Amamos sin reservas a este país, por el que estamos dispuestos a los mayores sacrificios.
Nos indigna por ello que en nombre del dinero y el libre mercado se permita y aliente el saqueo de sus recursos por las grandes transnacionales; que traicionando la memoria de nuestros héroes se entreguen los puertos y el mar de Grau; que se despoje de sus tierras a los pueblos originarios, que se permita la presencia de tropas extranjeras en nuestro territorio, que se renuncie a la soberanía nacional y a la vocación latinoamericanista legada por nuestros próceres para satisfacer los intereses y la voracidad del imperio norteamericano.
Nos indigna que en las relaciones bilaterales con Chile se haya impuesto el interés de pequeños grupos de poder, antes que el interés de la Nación. Desconociendo que con ese país el Perú tiene problemas históricos irresueltos y que las clases dominantes chilenas no han renunciado a sus ambiciones geopolíticas y expansionistas a costa de los intereses peruanos, los gobiernos de turno irresponsablemente, y bajo la cobertura de una nefasta política de “Cuerdas separadas”, han permitido la penetración económica chilena, entregándole incluso sectores estratégicos que comprometen la seguridad nacional.
Nos indigna que el gobierno aprista, en aplicación de su doctrina del “perro del hortelano” continúe con la nefasta política de brindar todas las facilidades al capital chileno y se haya apresurado a firmar el TLC con Chile en condiciones sumamente desventajosas para el Perú.
Nos indigna la política inamistosa y agresiva de Chile, su armamentismo irracional que amenaza nuestras fronteras, las prácticas de espionaje que ejerce sobre nuestro país.
Nos indigna que miembros de la FAP hayan incurrido en el vergonzoso delito de traición a la patria, y que los grandes empresarios peruanos, no obstante la alevosa conducta chilena, hayan salido a defender el TLC con Chile, demostrando una vez más que las clases dominantes colocan sus mezquinos intereses por encima de los de la patria.
Nos indigna que desde el gobierno de Fujimori en adelante, en medio de la euforia neoliberal, se haya descuidado el equipamiento de las fuerzas armadas hasta comprometer su capacidad disuasiva, se haya introducido altas dosis de corrupción y descomposición en su seno, distorsionando su papel de garante de nuestra integridad territorial y soberanía para convertirlas en elementos represores de la sociedad y los trabajadores.
Nos indigna que los violadores de derechos humanos y responsables de crímenes de lesa humanidad no reciban la sanción que se merecen, y que contrariamente, gocen de privilegios, protección, impunidad y abierta complicidad de altos funcionarios del Estado.
Nos indigna tanta degradación de la política, tanta descomposición moral y corrupción que alcanza a altos niveles de los poderes del Estado. Funcionarios que engordan sus bolsillos a costa del erario público, mientras al pueblo se lo condena a la pobreza y el abandono.
Esta situación no puede continuar
¡Basta de mancillar el honor de la patria!
¡Basta de venderla al mejor postor!
¡Basta de entregar nuestros recursos y sacrificar el bienestar de los peruanos!
¡Basta de inmoralidad y corrupción!
No nos dejemos embaucar por las maniobras hipócritas de Alan García, responsable y promotor directo del entreguismo que pretende hoy aparecer como un gran patriota y aprovechar políticamente la indignación ciudadana respecto al espionaje chileno.
Los trabajadores y el pueblo, exigimos:
La suspensión de relaciones con Chile hasta que ese país no brinde plenas satisfacciones sobre el caso de espionaje; la suspensión del TLC con Chile por inconstitucional y ser lesivo a los intereses nacionales; la recuperación para el Estado de las empresas y sectores estratégicos, como puertos, aeropuertos, energía, servicios básicos, entre otros; el cese de la nefasta política “de cuerdas separadas” con Chile y la subordinación de las relaciones económicas y comerciales a los intereses nacionales; encarar el desarrollo nacional independiente, resolviendo las demandas de los trabajadores y el conjunto de sectores populares, cuya postergación es materia de conflictos permanentes; cese de la política autoritaria y represiva en la que se ha embarcado el régimen para contener al movimiento social.
Un Perú nuevo es posible. Podemos ser un país grande y desarrollado si nos proponemos, pero nada podemos esperar de las clases dominantes y sus gobiernos de turno que han conducido al Perú al hoyo en que se encuentra. Unámonos para abrir un nuevo rumbo en nuestra historia; construyamos el torrente popular para llevar a cabo las banderas de la gran transformación que se resumen en la siguiente plataforma:
- Un gobierno patriótico, democrático y descentralista;
- Una nueva Constitución para construir una nueva República,
- Un Proyecto Nacional para colocar al Perú de cara a los retos del siglo XXI;
- Una nueva economía al servicio del bienestar de la población en armonía con el medio ambiente.
- Una política de integración con los países de América Latina para afrontar juntos los retos de la globalización.
¡VIVA EL PERÚ!
¡VIVA EL PUEBLO PERUANO!
Perú, 26 de noviembre del 2009
COORDINADORA POLÍTICA Y SOCIAL (CPS)
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