lunes, 21 de julio de 2008

MINERAS MAS CONTAMINACION - REGION CERRO DE PASCO

CONTAMINACION
Santa Ana de Pacoyán, en region Pasco.

A partir de informes se desprende, por lo menos, lo siguiente:

1. El problema de la contaminación es permanente y grave para las Comunidades Campesinas y Nativas, para los Trabajadores y para todos los pueblos. Hay que apreciarlo y valorarlo así; no es un problema sólo de Pasco o de la Comunidad Santa Ana de Pacoyán, con la que nos solidarizamos plenamente. También está en el Cusco, con Camisea, por eso el FUDIQ de La Convención, ayer sábado 19 de Julio, ha realizado su Congreso, donde el punto central del Temario ha sido la Nacionalización de los Hidrocarburos y los recursos naturales. Igual ocurre con la explotación minera de la Volcan, donde el conflicto está latente, además del Tajo Raúl Rojas que crece y crece y en su crecimiento va engullendo poco a poco la ciudad. También está con la SPCC, que explota los yacimientos de Toquepala y Cuajote, en la Mina Tintaya, en Orcobamba, en Santa Bárbara, en Raura, en el distrito de Gorgor (provincia de Cajatambo), en Huayllapa (distrito de Copa-Cajatambo) , Cerro Verde, Cajamarca, Pataz, etc, etc. Por la naturaleza de la actividad, siempre habrá contaminación de las lagunas, ríos, suelos, pastos y aires.

2. Ninguna actividad humana que se desarrolle concientemente, planificadamente, debe desarrollarse si va a atentar contra los derechos de los demás. Si los efectos negativos de tal actividad, pueden mitigarse y reducir a cero, pues bien, que sea así y que sólo con las medidas que aseguren cero contaminación se autoricen. Si no se puede lograr cero contaminación, tal actividad no debe realizarse. Ningún estado, ningún gobierno, puede ni debe autorizar una actividad que atente contra la salud y la vida de la gente, contra el ecosistema que favorece su subsistencia. Hacerlo sería un crimen y si se trata de contaminación de comunidades enteras, estamos ante la figura del genocidio, porque tal autorización implica autorizar el exterminio de la Comunidad. Entonces, sobre este particular, estamos ante un problema de fondo: la irracionalidad del sistema capitalista conduce al desarrollo de actividades, cualesquiera que sean, sin importarles a los gobiernos y las empresas, la defensa de la salud y la vida de la gente, la existencia misma de las futuras generaciones. Así ocurre con la explotación minera, con la del gas, con la criminal explotación forestal, con el desvío del curso de las aguas, con las carreteras, construcciones y explotaciones que se autorizan en las zonas de amortiguamiento de nuestros nevados, con la agresión sonora en nuestras ciudades.

Están de por medio los grandes negocios del petróleo, de la gasolina, de las refinerías, de los grifos, de las flotas de cisternas, de los comercializadores de vehículos, de los bancos, de las compañías de seguros, de las multinacionales del petróleo.

3. Se produjo un roce entre los comuneros y los Trabajadores de la Mina y luego se informa de una marcha de los trabajadores de la mina emplazando a los Comuneros para que los deje trabajar. Con toda seguridad entre los trabajadores hay hijos de la comunidad o de otras Comunidades Vecinas, aún si no fuera así, aquí estamos ante un problema muy serio. Ambos “bandos” tienen razón. Los comuneros tienen razón porque defienden su derecho a la vida, contra la creciente contaminación, contra la muerte lenta, contra el exterminio. Los obreros mineros tienen razón, porque defienden su derecho al trabajo. ¿Es fatal que se enfrenten?, ¿es ineludible que tengan intereses contrapuestos? ¡No!. Es el régimen de la actividad minera que los coloca frente a frente. Ambos, los comuneros y los mineros, son parte de esta inmensa mayoría nacional de explotados, marginados, aplastados, excluidos de los beneficios de la educación de calidad, de la salud de calidad, de una alimentación de calidad, de una vivienda de calidad, en fin, de una vida digna. Por lo tanto, una sana inquietud por este problema de enfrentamientos no deseados, debe conducirnos a buscar mecanismos de comunicación, de diálogo, de acercamiento entre dos sectores de explotados y oprimidos, para juntos construir un una propuesta de solución, considerando lo que en el punto dos hemos señalado. Todas las minas deben nacionalizarse, todas deben desarrollar sus actividades con la vigilancia y el control de la producción y comercialización por parte de los propios obreros, de los comuneros, de los pueblos. Y si hay algo que daña y mata, entonces ese negocio debe cerrarse y a cambiar de giro se ha dicho, a generar nuevas fuentes de trabajo. Recojamos el ejemplo de Piura, las Comunidades han defendido a pie firma su derecho a cultivar. Han tenido en cuenta que los minerales son recursos no renovables. Cuando se acaben los minerales, quedarian rodeadas de suelos incultos, de muerte, sin agua que beber, sin pastos, sin flores ni pajarillos que alegren la existencia, sin aire puro que respirar y la gente sin porvenir. Evidentemente, eso no queremos.

4. Que las organizaciones sociales se pronuncian en solidaridad con la Comunidad de Santa Ana de Pacoyán, que la Federación Regional de Comunidades Campesinas y Nativas se pronuncie y participe, está bien. Sin embargo, ello es limitado. No se trata de un problema local o regional. Es un problema nacional. Por eso, tienen que intervenir, la CCP, la CNA, la CGTP, el SUTEP, la Federación Minera, porque hay obreros, campesinos, profesores y estudiantes involucrados en la contaminación, en la calidad y condiciones de trabajo, en los centros educativos, en los establecimientos de salud que no cuentan con medios para atender bien a todos los que sufren los estragos de la contaminación, etc.. Más que mesas de concertación con las autoridades, que, como hemos visto, son las mecidas de siempre, se debiera impulsar, en primer lugar, el aunar esfuerzos y fuerzas, entre las Comunidades Campesinas y Nativas, entre los sindicatos Mineros, entre los Sutes, de base, entre las centrales mencionadas para elaborar juntos, una propuesta integral sobre la tragedia de la contaminación ambiental que conduce a la muerte. Ir a los foros nacionales, a los conversatorios, a las Asambleas Nacionales, a las Asambleas Populares a los Frentes de Defensa, para que se unan en torno a unas cuantas propuestas simples, directas, que encaren la solución real de este grave problema que, como hemos visto, es un problema nacional. Las mesas, los estudios, los diagnósticos, las actas, pueden ser instrumentos, pero no son la solución.

5. Además de todo lo dicho, hay algo que es indispensable, incorporar en este razonamiento. Asistimos a una ofensiva general, con una fuerza no conocida antes, contra las mayorías nacionales. El gobierno, con autorización de un Congreso, ha dictado más de cien decretos legislativos dirigidos a implementar el TLC firmado con Estados Unidos. Entre las perlas tenemos el 1015 que, a pesar de su modificatoria, sigue siendo el instrumento para destruir las Comunidades Campesinas y Nativas, pues va dirigida a despojarlas de sus tierras, para facilitar a las multinacionales el desarrollo de las concesiones mineras, de actividad forestal y de manejo de las aguas, conforme a su propio interés que, como hemos visto, en nada consideran la protección de la salud y la vida de la gente y de nuestra flora y fauna. Entonces el problema que enfrenta hoy la Comunidad Santa Ana de Pacoyán, o el de la Comunidad de San Antonio de Rancas, o el de la Comunidad de Espinar, o el de las Comunidades circundantes a Cuajote o Toquepala, etc. etc., se agravará a dimensiones aún no imaginadas hoy, cuando el despojo se haga realidad generalizada, cuando las incursiones de las inversiones de las multinacionales se hagan arrasando con aguas, pastos y vidas de as Comunidades Campesinas. Tal vez, en esos momentos, algunos o muchos se den cuenta quiénes abdicaron de la necesidad de defender el interés nacional al decir sobre "¡TLC, así no!" o "TLC parfa adentro", pues el TLC y todos los TLC son despojo de los recursos nacionales, devastación de nuestros bosques, arrebatar las tierras a las Comunidades Campesinas y Nativas, zonas francas sin impuestos y sin estabilidad ni beneficios laborales, por todo lado, etc.. Por eso, los días 4 al 6 de abril se llevó a cabo en México un Encuentro Continental contra el TLC, contra las privatizaciones y en defensa de la soberanía de las naciones. Dicho encuentro acordó realizar una Conferencia Mundial Abierta en torno a los mismos temas. Así es, este es el momento, para discutir, concertar, unirse entre las organizaciones de los trabajadores del campo y la ciudad, para avanzar, a fin de hacer frente a ese flagelo que viene acompañado incluso de bases militares.

Rafael Velarde

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